Emociones o hechos

- ¿Qué hay de malo en tener miedo a veces, en no estar bien, en admitir que alguien o algo nos ha derrotado? 

Nos molestamos tanto en ocultar tantos sentimientos, que nos cuesta superar nuestros temores y nos impide perseguir nuestros sueños. 

- ¿Tanto daño nos han hecho que tememos mostrar nuestras debilidades?

Esa percepción de incertidumbre por una amenaza ausente que acecha con volver a traicionarnos y esa imaginaria certeza de que nadie puede ayudarnos. Pensamientos que incrementan nuestro deseo de esconder aquellos sentimientos que nos destrozan.

- ¿Podemos aprender a gestionar las emociones si somos incapaces de querer asimilar las tenemos?

Tal vez, podamos culpar a la sociedad de apueste por efectividad y raciocinio, en vez de la empatía y la superación. Tal vez, podamos seguir insistiendo en que es una determinada situación la que nos atormenta y nos hace estar así o, podamos reiterar en que los actos de otros nos han hecho como somos ahora y, que si tenemos una coraza o somos incapaces de reconocer nuestra culpa o mostrar nuestros temores es por culpa de terceros.

Tener esperanza en que las personas no son iguales que las que se apartaron de nuestro camino. Comprender que quizá nosotros somos la pieza determinante e imprescindible para cambiar nuestra percepción y, la única que tiene la clave para descifrar el jeroglífico de sentimientos que emergen en nuestro interior.